sábado, 27 de julio de 2013


ALWAYS LOOK ON THE DARK SIDE OF LIFE

Uno, que tiene pirata

Bucaneros, bucaneros, ha habido muchos. Por un poner, Le Vasseur, que aunque iba por la vida de enviado del Rey de Francia, se lo montaba de bucanerismo en la Isla de la Tortuga, la Île de la Tortue, que decían ellos. Latòti, en criollo haitiano. Los filibusteros, como que eran otra cosa, de hecho se les llamaba en neerlandés vrijbuiter, palabra que les sentaba perfectamente bien a los muy cabrones. Corsario ya tenía más nivel, que hay que recordar a Samuel Bellamy, Sir Henry Morgan, o Bartholomew Roberts: unos machotes.

Pero piratas, piratas, piratas. Pámíquérráfa. Lo cual que yo le llamaba Dragut, por la cosa del respeto y la admiración. Turgut, o Darghouth, había nacido cerca de Bodrum, en la costa Egea de Anatolia. En un antigüísimo siglo XVI. Era el eunuco preferido de Khair ad-Din, «Barbarroja». Algo parecido a Rafa por sus partes, las del eunuco digo. Y solía darles por la zona de la retambufa a los españoles. Cosas del piraterío. Procedía a degollar a sus prisioneros con un alfanje mellado, por más daño hacer, el cabrón. Y luego, desprovistos ya de sus atributos, los ponía a de remar. Hay que joderse.


A mí me pilló a desmano, y atramazaó en el chaguazo, justo en Menorca, Y como en el fondo me acabó teniendo cariño, se empecinó en que escribiera romances. Ahí fue donde yo triunfaba: «Amarrado al duro banco / de una galera turquesca, / ambas manos en el remo / y ambos ojos en la tierra, / yo, un forzado de Dragut, / en la Playa de Marbella, / me quejaba al ronco son / del remo y de la cadena».

Total, que vale. Bucaneros, filibusteros, corsarios, vitalianos, berberiscos… Pero piratas, ande esté el Rafa. Mi Rafa, mi pirata. Que no tiene galera, ni galeón, ni carabela, ni velero, ni catamarán, ni siquiera una chalupa breve. Pero tiene un avión piratilla, que te cagas.


 

viernes, 19 de julio de 2013

MEA PRODUZIONE...

Dos cabalgan juntos

Era mi peli preferida. Cuando aún no había conocido a Donoselbirski, Latviesu, Bam-Lan-Gu, y Enaganidov... Al cine vas, de pequeñito, y luego te metes, te metes, te metes y te vas metiendo y, al final, como acabas siendo un cinéfago, pues vas y renuncias a John Ford, a sus pompas, y a sus obras, y a la Trilogía de la Caballería. Terminas en Pedro Masó, José Luis Sáenz de Heredia o Jaime de Andrade (¿Han visto su película, Raza?): obra maestra.

Pero siempre te quedarán algunas fotografías extrañas, surrealistas. Simbolistas o parnasianas. Maravillosas. Aunque no sepas de quiéncóñes son. Se las paso, a ver si algún bloggernauta atina.

Dos cabalgan juntos, lo cual:



 
¡Anda, que si fuera ésta!